Cuando las emociones toman el control
La desregulación emocional como puerta de entrada a trastornos mentales
Las emociones son elementos esenciales en nuestro día a día, gracias a ellas somos capaces de entender lo que nos pasa y lo que les ocurre a los demás, nos ayudan a comunicarnos y relacionarnos con el medio y con el resto de personas. Pero, desgraciadamente, no siempre somos capaces de entenderlas o saber gestionarlas.
Cuando una persona tiene dificultades para regular sus emociones, puede experimentar reacciones intensas y desproporcionadas, afectando su bienestar y sus relaciones interpersonales. Este fenómeno se conoce como desregulación emocional y es un factor clave en el desarrollo de diversas problemáticas psicológicas.
¿Qué es la desregulación emocional?
La desregulación emocional se entiende como la dificultad que algunas personas tienen para gestionar sus emociones de manera efectiva. Se caracteriza por una intensidad emocional elevada, cambios emocionales fuertes y una respuesta desmesurada ante situaciones estresantes. Las personas que la sufren suelen experimentar dificultades para modular sus emociones y pueden tener reacciones impulsivas.
¿Qué causa la desregulación emocional?
Cuando hablamos de la causa de la desregulación emocional, decimos que se trata de una causa multifactorial, es decir, no hay una causa única para que ésta se genere. Algunos de estos múltiples factores que contribuyen a la desregulación emocional son siguientes:
- Factores biológicos: predisposición genética, alteraciones en el sistema nervioso y diferencias en la actividad cerebral.
- Factores ambientales: experiencias traumáticas, abuso, negligencia o una crianza inadecuada.
- Falta de habilidades emocionales: no haber aprendido estrategias adecuadas para gestionar emociones durante la infancia o adolescencia.
Fallas en la regulación emocional
Cuando el conjunto de factores, que hemos mencionado anteriormente, concurre y desencadena la desregulación emocional, nos encontramos con una persona que no cuenta con herramientas eficaces para gestionar sus emociones. Esto hace que, en su búsqueda por reducirla, recurra a estrategias desadaptativas en un intento de regularse, como son:
- Autolesiones: cortes, quemaduras u otras formas de daño corporal como una forma de aliviar el malestar emocional.
- Comida: Lo que se conoce como “alimentación emocional”, comer en exceso o restringir la alimentación para intentar controlar emociones difíciles.
- Drogas y alcohol: Las drogas cambian el poder de la propia emoción, aumentándolas o disminuyéndolas según el caso. Uso de sustancias para evadir o disminuir la intensidad de las emociones negativas.
El principal problema de estas estrategias es que en un primer momento funcionan y generan alivio y bienestar en la persona, pero a la larga, perpetúan el problema y generan consecuencias aún más graves.
Estrategias desadaptativas y su relación con trastornos mentales
Con el paso del tiempo, estas estrategias inadecuadas pueden ser precipitantes o premórbidos en el desarrollo de trastornos mentales. Por lo tanto, lo que en un inicio era una desregulación emocional, puede ser la puerta de entrada a trastornos como:
- Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): la comida como forma de control emocional puede llevar a anorexia, bulimia o trastorno por atracón.
- Trastornos por consumo de sustancias: el abuso de drogas y alcohol con el fin de regularse y controlar la emoción puede convertirse en una adicción.
- Trastorno límite de la personalidad (TLP): caracterizado por una intensa inestabilidad emocional, impulsividad y dificultades en las relaciones interpersonales.
Conclusión
La desregulación emocional es un problema complejo que tiene un impacto en la vida de una persona. Es fundamental, identificar sus causas y reconocer las estrategias inadecuadas de regulación, ya que es el primer paso para poder trabajar en una gestión emocional más saludable. Con apoyo profesional y la implementación de estrategias adecuadas, es posible mejorar la regulación emocional y alcanzar un mayor bienestar psicológico.