Descubriendo las altas capacidades

por | Feb 14, 2025

Comprender y potenciar el talento

El concepto de altas capacidades (AC) suele asociarse con personas que tienen un cociente intelectual (CI) superior a la media. Sin embargo, este término abarca una serie de características cognitivas, emocionales y creativas que pueden manifestarse de diversas maneras. No se trata exclusivamente de habilidades sobresalientes en matemáticas o música, sino de una manera particular de procesar y comprender la realidad.

Definición de altas capacidades

Las altas capacidades hacen referencia a un funcionamiento cognitivo superior a la media de la población. Se estima que entre un 3% y un 5% de las personas presentan estas características. Su detección y comprensión resultan fundamentales para evitar que estos talentos queden subestimados o generen frustraciones.
Existen diversas manifestaciones de las altas capacidades:

  1. Superdotación: se caracteriza por un cociente intelectual superior a 130, acompañado de una rápida capacidad de aprendizaje y un elevado nivel de abstracción.
  2. Talento específico: personas que destacan en un área particular, como la lógica-matemática, la creatividad artística o la capacidad lingüística.
  3. Precocidad intelectual: desarrollo temprano de habilidades cognitivas, lo que no necesariamente implica que la persona mantenga un rendimiento elevado en la etapa adulta.

Características de las personas con altas capacidades

Si bien cada persona presenta un perfil único, existen ciertos rasgos comunes:

  • Hipersensibilidad: Mayor susceptibilidad a estímulos sensoriales, emocionales y sociales, provocando reacciones intensas.
  • Elevada creatividad: Gran capacidad para generar ideas innovadoras en diversos ámbitos.
  • Pensamiento arborescente: Procesamiento simultáneo de múltiples ideas, lo que favorece la creatividad pero dificulta la concentración y la priorización.
  • Rigidez de pensamiento: Preferencia por la estabilidad, con dificultad para adaptarse a cambios.
  • Desfase con los demás: Sensación de no encajar por un ritmo diferente de procesamiento, generando ansiedad o incomodidad social.
  • Perfeccionismo: Autoexigencia elevada que impulsa el éxito, pero puede causar ansiedad, afectar relaciones y generar frustración.
  • Aburrimiento e insatisfacción crónica: Necesidad constante de estímulos y desafíos para evitar la monotonía.
  • Sensación de vacío: Dificultad para encontrar propósito a pesar de sus logros.
  • Impaciencia: Baja tolerancia a la lentitud o ineficiencia, generando frustración.
  • Búsqueda constante de conexión amorosa: Deseo de relaciones profundas, pero tendencia a la insatisfacción y exigencia extrema.
  • Selectividad en amistades: Relaciones basadas en un alto compromiso, pero propensas a decepciones si no reciben la misma entrega.
  • Baja autoestima: sentimiento de no encajar debido a la falta de reconocimiento en la infancia, generando inseguridad y frustración.
  • Dificultades en relaciones sociales: la baja autoestima y la falta de autoconocimiento pueden aumentar la vulnerabilidad en relaciones dañinas.

Desafíos emocionales y sociales

A pesar de los beneficios que conlleva poseer altas capacidades, existen ciertos desafíos que pueden afectar el bienestar de la persona:

  • Desmotivación académica o laboral: En entornos poco estimulantes, pueden experimentar aburrimiento y falta de interés.
  • Dificultades en la interacción social: la diferencia en su forma de pensar puede dificultar la integración con sus pares.
  • Alta sensibilidad: Suelen experimentar emociones de manera intensa, lo que puede generar frustraciones profundas.
  • Exigencia excesiva: Suelen ser muy críticos consigo mismos y pueden desarrollar ansiedad por alcanzar estándares elevados.

Un adecuado acompañamiento psicológico permite abordar estos desafíos y potenciar las capacidades de la persona de manera equilibrada y saludable.

Importancia de una evaluación adecuada

El reconocimiento de las Altas Capacidades es crucial para ofrecer el apoyo necesario a quienes las presentan. Para ello, es recomendable realizar una evaluación psicológica integral que incluya pruebas de inteligencia, creatividad y aspectos socioemocionales.
En ocasiones, estas personas pueden no ser identificadas debido a diversos factores, como:

    • Falta de evaluación durante la infancia.
    • Estrategias de adaptación para encajar en su entorno.
    • Diagnósticos erróneos, como trastornos de atención o ansiedad.

Una detección precisa permite proporcionar herramientas y recursos adecuados para favorecer su desarrollo personal y profesional.

Estrategias para el desarrollo óptimo de las altas capacidades

Para quienes poseen altas capacidades, es fundamental implementar estrategias que les permitan gestionar su talento y bienestar emocional:

      • Acceder a entornos enriquecedores: Buscar actividades que fomenten el aprendizaje continuo y la exploración de nuevas áreas de interés.
      • Aprender a gestionar la frustración: Es importante aceptar que los errores forman parte del proceso de aprendizaje.
      • Fomentar habilidades sociales: Trabajar la comunicación y la empatía favorece la construcción de relaciones saludables.
      • Buscar acompañamiento psicológico: Un profesional especializado puede proporcionar herramientas para gestionar la autoexigencia y la sensibilidad emocional.
      • Cultivar la creatividad: Espacios para la expresión artística o intelectual permiten canalizar sus inquietudes de manera constructiva.

Mitos sobre las altas capacidades

Existen diversos mitos en torno a las personas con altas capacidades. A continuación, se desmienten algunas creencias erróneas:

      • «Las personas con altas capacidades siempre tienen un rendimiento académico sobresaliente.» En realidad, pueden no sentirse motivadas en entornos poco estimulantes.
      • «Son talentosos en todas las áreas.» No necesariamente, algunas personas sobresalen en un ámbito específico.
      • «No requieren apoyo ni orientación.» A pesar de su potencial, enfrentan desafíos emocionales y sociales que requieren acompañamiento.
      • «Ser diferente es fácil.» A menudo, la diferencia puede generar dificultades en la integración social y la autoestima.

Conclusión

Las altas capacidades pueden quedar enmascaradas por la presencia de otros trastornos, debido a la similitud en ciertos rasgos. Esta comorbilidad puede dificultar un diagnóstico preciso y una inadecuada intervención. Entre los trastornos que con mayor frecuencia coexisten con las altas capacidades se encuentran: el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Las altas capacidades representan un rasgo distintivo que, si se comprende y gestiona adecuadamente, puede traducirse en un gran potencial. No obstante, su correcto desarrollo requiere un enfoque integral que contemple tanto el ámbito académico como el emocional.
Si te identificas con algunas de estas características o conoces a alguien con altas capacidades, te recomendamos buscar apoyo especializado. En nuestro centro, Anam psicología, ofrecemos un servicio de evaluación, orientación e intervención para potenciar las habilidades de cada individuo, favoreciendo su bienestar y crecimiento personal.
Las altas capacidades no son una simple etiqueta, sino una oportunidad para explorar y desarrollar el talento de manera saludable y enriquecedora.