Psicología perinatal

por | Abr 15, 2025

Cuidando la salud emocional en el camino hacia la maternidad

La psicología perinatal es una rama de la psicología que se dedica a acompañar emocionalmente a las mujeres, sus parejas y familias desde antes del embarazo hasta el primer año de vida del bebé. Se trata de un apoyo clave en un momento de grandes cambios físicos, emocionales y psicológicos, que ayuda a afrontar los retos y fortalece el vínculo familiar.

¿Qué hace la psicología perinatal?

Durante el embarazo y el postparto, pueden surgir emociones intensas, dudas y miedos. La psicología perinatal busca acompañar a las familias en todo ese proceso, ayudando en:
  • Prevención y acompañamiento emocional: ayuda a identificar y manejar la ansiedad, el estrés y las preocupaciones propias de esta etapa.
  • Detección y tratamiento de dificultades: como pueden ser la depresión postparto o los trastornos de ansiedad, ofreciendo soluciones adaptadas a cada situación.
  • Fomento del vínculo afectivo: trabaja para que la relación entre la madre y el bebé sea segura y fuerte, lo cual es fundamental para el desarrollo del niño.

¿Por qué es tan importante?

El embarazo y la llegada de un bebé son momentos transformadores, pero no siempre fáciles. Por ello, el acompañamiento psicológico durante esta etapa no solo ayuda a la madre, sino también al bienestar del bebé y de toda la familia. Algunos beneficios importantes son:
  • Bienestar emocional materno: la intervención psicológica puede prevenir y tratar problemas como la depresión postparto, que afecta a muchas mujeres y a veces pasa desapercibida.
  • Mejor desarrollo infantil: se ha demostrado que cuando la madre recibe apoyo emocional, el bebé crece con más seguridad y estabilidad emocional.
  • Fortalecimiento de la pareja y la familia: el proceso de convertirse en padres puede generar tensiones. Un acompañamiento psicológico ayuda a manejar esos cambios y evitar conflictos.

¿En qué momentos puede ayudar?

La psicología perinatal es útil en muchas situaciones concretas:
  • Dificultades para quedar embarazada: el proceso de fertilidad puede ser largo y desgastante. El apoyo emocional es fundamental para mantener la calma y la esperanza.
  • Miedo al parto: la terapia ayuda a afrontar los temores y a prepararse para el momento del nacimiento con más confianza.
  • Pérdidas gestacionales o neonatales: el duelo tras un aborto espontáneo o la pérdida de un bebé requiere acompañamiento especializado para poder sanar.
  • Depresión postparto: en ocasiones, después del nacimiento, las madres pueden sentirse desbordadas, tristes o incapaces de disfrutar de su bebé. Un profesional de la psicología perinatal puede ayudar a entender lo que ocurre, ofrecer apoyo emocional y guiar a la madre para que poco a poco recupere su bienestar y la confianza en sí misma.
  • Evidencia científica

    Diversos estudios respaldan la importancia y eficacia de la psicología perinatal. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser especialmente eficaz para reducir los síntomas de ansiedad y depresión durante el embarazo y el postparto. Por otro lado, la Terapia Centrada en el Apego (TCA) también cuenta con un sólido respaldo científico. Esta terapia ayuda a fortalecer el vínculo emocional entre madre y bebé, fomentando un apego seguro y saludable. Las investigaciones muestran que un apego seguro en la primera infancia reduce el riesgo de problemas emocionales, conductuales y de relación en el futuro. Además, este tipo de terapia también puede ser muy beneficiosa para madres y padres que, por diferentes motivos, sienten dificultades para conectar con su bebé o temen no ser «suficientemente buenos» en su rol parental.

    ¿Cuándo acudir a un profesional?

    Es importante recordar que pedir ayuda no significa debilidad, sino prevención y autocuidado. Acudir a un psicólogo perinatal puede marcar la diferencia tanto si ya sientes malestar como si simplemente deseas vivir el proceso de forma más serena y consciente. Algunas señales de que podría ser el momento de buscar apoyo son:
    • Sentimientos persistentes de tristeza, irritabilidad o ansiedad que interfieren en tu día a día.
    • Miedo excesivo al parto o a la crianza, que te genere bloqueos o inseguridad constante.
    • Dificultad para disfrutar del embarazo o el postparto.
    • Problemas para vincularte emocionalmente con tu bebé, sensación de desconexión o culpa constante.
    • Si estás atravesando un proceso de fertilidad complicado o has vivido una pérdida gestacional.
    • Cuando sientes que la relación de pareja se resiente o surgen conflictos debido a la llegada del bebé.
    • Si tienes dudas sobre tu rol como madre o padre y buscas orientación emocional para afrontar esta nueva etapa.
    • Si deseas fortalecer tu confianza y prepararte mental y emocionalmente para el parto y la crianza.
    • Pedir apoyo psicológico a tiempo no solo mejora el bienestar emocional de la madre y la familia, sino que es una inversión en el bienestar futuro del niño.